Me viene a mi memoria aquellos años en que el Día de Santiago de Compostela, era festividad en toda España. Tradicionalmente en Cónchar el 25 de julio, ya metidos en la estación de verano, con temperaturas por las nubes , los jóvenes de Cónchar pasábamos el día a la orilla del río de los Arcos y Arroyo del Alcázar, entre los álamos.
La excursión comenzaba con el trabajo en equipo de los amigos con los preparativos para pasar un día fuera de casa: utensilios para cocinar, bebidas, comida, mantas para sentarse en la hierba etc. Todo se cargaba en los mulos o burros y emprendíamos el viaje por caminos estrechos y cuesta abajo, puesto que no había otra forma de acceder. Ya sólo la bajada era una gozada.
Era un día de encuentros, diversión, risas, juegos...... No me olvido de los chapuzones que nos dábamos en el río, y en cuyas aguas transparentes y heladas , previamente se había hecho una poza para poder remojarnos, además de servir como nevera para las bebidas y la fruta.
Para cocinar preparábamos unas piedras e improvisábamos una lumbre donde hacíamos unas migas o papas a lo pobre, que nos sabían a gloria. Cuando caía el sol, era la señal para recoger los bártulos y nuevamente empreder la subida de la cuesta camino del pueblo, aunque en esta ocasión, un poco más contentos y satisfechos por un día tan maravilloso.
¡¡ERAN OTROS TIEMPOS!!